Concierto de Aranjuez

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Concierto de Aranjuez

Cuando me propusieron tocar el concierto de Aranjuez en Japón, fue un reto para mi, nunca lo había tocado ni me lo sabia. Como suele ocurrirme, firmé el contrato y me olvidé. Cuando me di cuenta solo faltaba un mes para debutar, pensé que sólo podría lograr aprendérmelo estando completamente solo y abstrayéndome del mundo.

 

Para estudiarlo me escapé a México, a la casa de Playa del Carmen. Me llevé mi bata japonesa un par de bañadores, la partitura del concierto, un pentagrama con los nombres de las notas para poder descifrar aquello y varias versiones grabadas.

 

Fueron unos días duros pero los recuerdo con gusto. Cada mañana cogía mi fusil de pesca y me iba caminando unos 5 Km. por la playa hasta la pequeña bahía de X-Caret, que en ese entonces era virgen, era mi pescadería particular. Me tiraba al agua un par de horas hasta conseguir la comida del día, que era generalmente un pargo. De regreso a casa, lo limpiaba y lo freía. Una delicia.

 

Después de comer, me instalaba con mis notas y mi cassette hasta la medianoche.

 

Con la partitura localizaba las notas y con las grabaciones comprendía los tiempos. Esa parte fue la más difícil, porque en muchos pasajes las versiones clásicas utilizan rubatos que no están en la partitura. Que de horas me tiré con algunos pasajes escuchándolos mil veces hasta poder encajarlos. Porque para mi lo más importante en ese momento era respetar el tiempo.


Después de un mes, regresé a Madrid, ya lo tenía.

Paco de Lucía, octubre de 2010