ENTRE DOS GENIOS
Querido amigo:
No sé por qué te cuento estas cosas.
Desde que te fuiste a esta última y definitiva gira, no hago más que darle vueltas en la cabeza a tantos y tantos hechos, tantas emociones y recuerdos de mi vida en los que de alguna manera apareces.
Desde aquella maravillosa rumba del ’73 que te hizo famoso hasta hoy, no creo que haya habido día alguno en el que por h o por b no te haya mencionado, escuchado, maldecido, adulado, interpretado y un montón de verbos más, relacionados con tu arte, tu música, tus fotos o vídeos y hasta con tu vida desde que te conozco hace 15 ó 16 años.
Hay muchos momentos inolvidables. Muchos. Pero hay uno que tengo guardado especialmente muy dentro de mí y que revivo de vez en cuando gracias a unos vídeos de malísima calidad pero de incalculable valor para la historia y el futuro del Flamenco. Me refiero al primero de marzo del 2010 a la 1:22 horas en Roma cuando después del concierto y de cenar te sentamos frente a frente con Amós y su guitarra. Tu lenguaje corporal siempre ha sido ilustrativo de tu estado de ánimo. La expresión de tu cara y sobre todo de tu mirada, siempre fueron como un libro abierto para los que te conocimos. Y no tengo que forzar la memoria para recordarte muy quieto al principio con la primera falseta del Morao que se marcó por bulerías, que te fue apretando las tripas y alegrándote la cara a medida que esas manitas ejecutaban y volaban por el mástil; revolviéndote en el sofá de puro gusto, después de prestarle tu guitarra a su padre para que le acompañara, mientras llevabas el compás en el apoya brazos en la improvisación que hizo del Take Five y absolutamente feliz con el Zyryab.
Feliz, incrédulo, gracioso… de repente se te había pasado el cansancio y se había roto la rutina de todos los conciertos. Esa mirada de genio que le preguntaba urgente al Piraña ¿tú estás oyendo lo mismo que yo?. Esas sonrisitas cómplices, compartidas con Antonio Serrano o con Alain -otros dos bicharracos-, o con Juan el Duquende que contemplaban boquiabiertos el “concierto” y que querían decir ¿pero esto es de verdad?. Y por último, repanchingado en el sofá abrazando a Antonia, con esa mirada de padrazo que intuía en Amós un buchito de agua fresca. Amós te dejó marcado. A ti no te hacía falta oírle más. “Es el único que toca su Zyryab, todos los demás tocan el mío”, fue una de tus sentencias a los postres.
Todo esto es para argumentar por qué, años después, cuando Amós iba a sacar su disco y te lo envié a casa para que lo oyeras y si te parecía curioso me contaras algo, escribiste lo que escribiste: “Amós como sigas tocando así nos vas a mandar a todos a los albañiles”.
Esa frase que a todos nos pareció muy bonita viniendo de ti y que pensábamos que era graciosa y contundente, como muchas de tus “sentencias”, esa frase digo, es mucho más que todo eso.
Casualidades de la vida. Releyendo el libro de J.J.Tellez “Paco de Lucía Retrato de Familia con Guitarra”, veo que no es tuya. Eres un copión. Eso mismo le dijo a tu padre el Niño Ricardo –tu maestro- de ti nada más verte con la guitarra en las manos, en casa de los Marín con 10 años. Lo cuenta Juanito Valderrama.
Creo que es muy significativo que tú hayas esperado tanto tiempo para dársela a alguien. Con la cantidad de discos que te han enviado durante toda tu vida para que escucharas a éste y al otro y al de más allá, y la barbaridad de veces que te han aburrido con el “…Paco, escucha al niño…”, “…Paco, escucha al niño…” y por supuesto, lo has hecho con tanta humildad y tanta inteligencia, que prácticamente nadie se ha enterado. En la contra portada del disco. De tu puño y letra.
Estoy contento de estar en el meollo de esta cuestión. Bueno, acuérdate de que siempre decías: “pero que “cardeoso” es este Jualo, siempre está metido en to los saraos”.
Es para mí increíble el que haya podido compartir contigo algunos pedacitos de mi vida, después de soñarlo de niño. Dicen que la mente es creativa que si sueñas algo con el corazón, lo acabas creando, bueno se acaba creando. Pocas personas tienen esa suerte, la de conocer así de tú a tú a un genio, digo. Bastantes menos todavía la de conocer a dos. Y ya, por pura estadística, alguien que conozca a dos genios del mismo palo – La Sinfónica de Algeciras y el Pequeño Padawan y se empeñe en ponerlos en contacto y lo consiga…., de esas debe de haber una o ninguna.….!!!.
Suerte la mía. Suerte o el destino que para algo está ahí.
Gracias por todo, jefe. Gracias Paco.